Cinco mitos sobre las abejas: la verdad de estos extraordinarios insectos

Las abejas merecen más respeto y necesitan nuestra ayuda ahora mismo

Muy probablemente ya sepas que las abejas son importantes, especialmente porque son vitales para la producción de muchos de los alimentos más valiosos para nosotros. Quizá hayas escuchado la frase "salva a las abejas" y la desafortunada noticia de que a estos laboriosos insectos no les está yendo tan bien en estos días. Sin embargo, a menos que seas un nerd con certificación en abejas como yo, es muy probable que no sepas de algunos conceptos erróneos muy comunes.

Para celebrar la Semana Nacional de los Polinizadores y mientras amplías tus conocimientos sobre estos notables insectos, permíteme aclarar cinco de los mitos más comunes relacionados con las abejas.

1. Es única en su tipo 

Aunque la miel es deliciosa, y aunque la abeja melífera europea (Apis melifera) es sin duda la especie de abeja más famosa del mundo, es una de las más de 20,000 especies de abejas que se conocen en el planeta. Las abejas melíferas son insectos no nativos que se introdujeron en América del Norte durante el siglo XVII, como las vacas, los pollos (siglo XV) y otras especies domesticadas. A pesar de lo que hayas escuchado, es poco probable que las abejas melíferas se extingan pronto (imagina que los pollos se extingan), por lo que criar abejas melíferas en el patio de tu casa, independientemente de las buenas intenciones que tengas, puede ocasionar más daño que bien ya que acaparan los recursos de los que normalmente se alimentan las abejas nativas. De hecho, como especie domesticada, el número de abejas melíferas está aumentando. Sin embargo, muchas de las 4,000 especies de abejas nativas de Norte América están en declive debido a la abundancia de pesticidas, la pérdida de hábitat y el cambio climático.

2. Están armadas y son mortales

Las abejas son famosas por sus picaduras y por sus servicios de polinización, pero ¿sabías que la mayoría de las abejas son demasiado pequeñas para picarte y que la mayoría evita hacerlo siempre que sea posible? Una vez más, las abejas melíferas han afectado injustamente nuestra comprensión de nuestros amigos polinizadores (tema que se desarrolla en este artículo), ya que generalmente son algunas de las abejas más agresivas y las únicas abejas que dejarán sus aguijones clavados en tu piel después de hacer contacto. Sin embargo, el 90% de las 20,000 especies de abejas del mundo son solitarias, lo que significa que, en lugar de tener una gran colmena o colonia que defender, la mayoría de las abejas con las que te encuentras son madres solteras trabajadoras. Si estas abejas solitarias mueren en el acto de intentar picarte nadie más podrá recolectar polen y néctar para sus crías. Tal vez también te sorprenda saber que, dado que los aguijones no son más que una versión modificada del ovipositor de un insecto, el instrumento para poner huevos, solo las abejas hembras pueden picar. Dato adicional: hoy aprendí que existe un escarabajo brasileño que puede picar con sus antenas. Alucinante.

a bee resting on a flower

3. Padeceremos de hambre

Si las abejas se extinguieran, ¿nos quedaríamos sin comida? La respuesta es “no precisamente, o al menos no inmediatamente”. La verdad es que, si bien las abejas ayudan a producir muchos de nuestros alimentos favoritos, incluyendo frutas y verduras deliciosas como la calabaza o los tomates, muchos cultivos, como el maíz y el trigo, son principalmente autopolinizados o polinizados por el viento. Entonces, tendríamos comida, pero nuestras dietas ciertamente serían mucho más limitadas. Sin embargo, si las abejas se extinguieran repentinamente habría un efecto dominó que podría afectar negativamente a los ecosistemas en todos los continentes excepto en la Antártida (el único continente donde no existen las abejas). Sin las abejas, que colectivamente son los polinizadores más importantes del mundo, muchas plantas con flores probablemente se extinguirían, lo que provocaría erosión, pérdida de agua (que de otro modo sería arrastrada al suelo por las raíces de las flores silvestres) y más carbono liberado en la atmósfera.

4. ¿Qué abejas merecen llevar corona?

Sin duda, las abejas melíferas (sí, aquí vamos de nuevo) son grandes polinizadores pero no son los mejores polinizadores. Si bien es cierto que dependemos en gran medida de las abejas melíferas para polinizar muchos cultivos, se debe principalmente a que cultivamos alimentos como las almendras en monocultivos masivos que proporcionan poco o ningún tipo de alimento para los polinizadores nativos durante la mayor parte del año. Según Bryan Danforth, un entomólogo de Cornell, "la visita individual de una abeja nativa en realidad vale mucho más que la visita individual de una abeja melífera". Esto se debe a que "las abejas melíferas están más interesadas en el néctar [para producir miel]. En realidad no quieren el polen y lo evitarían si pudieran". De hecho, la investigación ha demostrado que: en presencia de las abejas nativas, las abejas melíferas hacen un mejor trabajo de polinización; y que otras abejas, distintas a las abejas melíferas, suelen ser polinizadores mucho más eficientes. El abejorro, por ejemplo, puede dislocar sus alas de sus músculos de vuelo para hacer vibrar su cuerpos en una nota Do medio y con ello provocar que el polen caiga de las flores de tomate y arándano. Esta es una técnica especial llamada sonicación, o polinización por zumbido, que solo los abejorros y algunas otras especies de abejas pueden hacer.

5. Las abejas son geniales, ¿verdad?

Sí, mi último punto no tiene nada que ver con un mito, pero en caso de que no te haya convencido lo geniales que son las abejas nativas del mundo, aquí algunos de mis datos favoritos: hay abejas que vuelan de noche usando ojos especializados que les permiten navegar con la luz de la luna; las abejas son en realidad avispas vegetarianas que hace millones de años intercambiaron proteínas de insectos por proteínas de polen; existe una abeja en Sudáfrica con patas delanteras extralargas que le permiten alcanzar aceites florales especiales y otra en el desierto de Atacama, en Chile, con el hocico alargado por la misma razón; la abeja más pequeña es mucho más chica que un grano de arroz, y la abeja más grande es tan grande como el pulgar de una mujer promedio; en el desierto del sudoeste de Estados Unidos, donde se registran algunos de los niveles más altos de diversidad de abejas en el mundo, hay abejas que permanecen en el suelo en un estado de letargo durante varios años hasta que caen las lluvias, lo que hace que las flores de las que se alimentan las abejas emanen del suelo; hay abejas productoras de miel sin aguijón en muchas partes del mundo, incluyendo México, América Central y del Sur y Australia; y los abejorros son muy inteligentes e incluso han sido entrenados para jugar fútbol a cambio de una recompensa.

Si deseas ayudar a las abejas nativas y otros polinizadores en tu comunidad, hay varias y sencillas maneras de hacerlo. Primero, planta una variedad de flores silvestres que sean nativas en la parte del mundo donde vives y, de ser posible, una selección de plantas que florecerán desde la primavera hasta principios del otoño. Luego, evita a toda costa el uso de pesticidas y fungicidas en tu jardín. Si requieres del uso de pesticidas para tu jardín, selecciona tratamientos orgánicos o biológicos. Y finalmente, haz espacio para que las abejas aniden acondicionando un rincón de tu jardín permitiendo que las hojas se acumulen, agregando un hotel para abejas o un tronco cubierto de musgo.

Clay Bolt es el Gerente de Conservación de Polinizadores de WWF-US.