Rechazo de permiso minero marca importante logro en la protección de la bahía de Bristol
- Fecha: 09 diciembre 2020
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos ha denegado un permiso para que los desarrolladores construyan la controvertida mina Pebble en Alaska, lo que marca un momento importante en el esfuerzo realizado por décadas para proteger la bahía de Bristol. Si bien los desarrolladores parecen decididos a avanzar a toda costa, ahora existe una gran barrera para la propuesta mina de oro y cobre.
“El anuncio de que la Administración haya rechazado el permiso para la mina Pebble es la decisión correcta y se alinea con lo que la ciencia y la comunidad han dicho todo el tiempo”, comenta Margaret Williams, directora de WWF del programa del Ártico. "Esto nos acerca un paso más a la protección de la bahía de Bristol, un ecosistema irremplazable que sirve como uno de los últimos bastiones del planeta para el salmón y un área que es fundamental para el sustento y el bienestar de miles de habitantes de Alaska".
La comunidad de la bahía de Bristol continúa liderando un movimiento para detener la mina. Esa promoción local ha llevado a personas de todo el país a brindar su apoyo. Más de 635,000 partidarios de WWF han firmado la petición para ayudar a detener la mina Pebble.
La bahía de Bristol es un lugar especial. Hay más de 190 especies de aves en la zona y todas dependen de un suministro de agua saludable. Lo mismo ocurre con unas 400 focas de puerto de agua dulce que viven permanentemente en el lago Iliamna. Los osos pardos migran a través de la región en busca de alimento y dependen en gran medida del salmón. De hecho, el salmón que crece en los limpios y fríos afluentes de la bahía de Bristol es fundamental para la gran abundancia de la región, ya que los peces maduros distribuyen los nutrientes marinos del mar de Bering y el Pacífico norte a lo largo de la cuenca de la bahía de Bristol. Este verano, más de 57 millones de salmones rojos regresaron a sus arroyos natales para completar sus épicos ciclos de vida.
Las comunidades de la bahía de Bristol tienen derecho a un medio ambiente sano y con agua dulce para prosperar también. La observación de osos pardos soporta una vibrante industria turística valuada en decenas de millones de dólares cada año, y la pesca de salmón mantiene una industria que vale al menos mil 500 millones de dólares cada año. Las comunidades nativas dependen de la pesca de salmón y otras especies silvestres para obtener la mayor parte de las proteínas que consumen cada año. Por esto y muchas razones más, nuestro trabajo para proteger permanentemente la bahía de Bristol continúa.
"Dados los valores ambientales, culturales y económicos de la Bahía de Bristol, la Administración Biden y los líderes de Alaska deben seguir adelante, incluido el restablecimiento de las protecciones de la Ley de Agua Limpia, para garantizar que se establezcan salvaguardas a largo plazo para este tesoro nacional", agrega Williams.