Quedan menos de 100 jaguares en una porción del Bosque Atlántico que comparten Argentina y Brasil

La población de jaguares de la región se encuentra estable hace seis años con alrededor de 90 a 100 animales adultos. El número indica que los esfuerzos de conservación por la especie aún son cruciales para su conservación.

A través de la cooperación entre los países que integran una de las regiones donde vive el tercer felino más grande del mundo, se difundieron los resultados del relevamiento que se realiza periódicamente desde hace 20 años para monitorear a la población de jaguares del Bosque Atlántico del Alto Paraná.

Los resultados del monitoreo indican que, en comparación con datos previos, la población se encuentra estable, con un tamaño total estimado entre 72 y 122 jaguares (con una media de 93). El estudio se realiza sobre el mayor remanente de Bosque Atlántico del Alto Paraná en el mundo, integrado por la selva misionera (de Argentina) y los Parques do Iguacu y do Turvo (de Brasil).

El estudio de monitoreo de la población de jaguares se realiza cada dos años a través del trabajo conjunto entre el equipo de científicos de Proyecto Yaguareté de Argentina y el equipo del Proyecto Onças do Iguaçu de Brasil, que cuentan desde hace más de 20 años con el apoyo de la Fundación Vida Silvestre Argentina, WWF-Brasil y otras instituciones. El estudio representó un gran esfuerzo que abarcó más de 1.4 millones de acres (580 mil ha) de los dos países, donde se colocaron 224 estaciones de muestreo provistas con cámaras trampas.

El jaguar: ¿por qué es importante su conservación?

El jaguar (Panthera onca) es el felino más grande del continente americano y el tercero a nivel mundial, después del león y el tigre asiático. La especie se encuentra en peligro crítico de extinción en Argentina debido a la pérdida de hábitat, el atropellamiento en rutas y la caza ilegal del felino y sus presas.

La conservación de este felino va mucho más allá de la protección de una sola especie. La conservación exitosa del jaguar es fundamental para mantener los bosques saludables, las reservas de carbono, la biodiversidad, la disponibilidad de agua y el patrimonio natural y cultural. Estos esfuerzos no solo protegen toda la vida silvestre en el entorno que representa el hábitat del jaguar, sino que también ayudan a diversificar las oportunidades económicas para las comunidades locales y contribuyen a mitigar y adaptarse al cambio climático global.

¿Qué nos dicen estos nuevos datos?

Por un lado, nos indican que el jaguar ha logrado salir del estado crítico en el que se encontraba hace un par de décadas atrás, cuando estuvo muy cerca de la extinción local. Este hecho debe ser reconocido y celebrado. Pero al mismo tiempo, el reciente estudio sugiere que la población de jaguares dejó de crecer, aun habiendo hábitat suficiente para más animales. Existen todavía obstáculos que impiden su recuperación definitiva, es decir, para que la población de jaguares del Bosque Atlántico logre alejarse definitivamente de la situación de amenaza en la que subsiste hoy en día.

Metodología ¿Cómo se realiza el monitoreo?

El estudio lo realizan científicos del Proyecto Yaguareté junto a investigadores de Projeto Onças do Iguaçu y es apoyado por la Fundación Vida Silvestre Argentina y WWF-Brasil, junto a instituciones gubernamentales y aliados de ambos países. La información es obtenida a partir del análisis de imágenes tomadas por cámaras trampa. Las cámaras trampa son cámaras fotográficas que se activan con un sensor que capta temperatura y movimiento, entonces cuando un animal de sangre caliente pasa delante de las mismas se toma una fotografía o filma un video. Mediante ellas es posible monitorear a la especie en sitios clave, para estimar el tamaño y la densidad de sus poblaciones.

Las fotografías de jaguares obtenidas son separadas e individualizadas mediante un análisis del patrón de manchas del pelaje, únicos e irrepetibles en cada animal. Posteriormente, mediante modelos matemáticos se estima el número de individuos presentes en el área relevada, que por lo general es mayor al número de individuos registrados en las cámaras. En base a ese análisis, se logra obtener una estimación poblacional y un rango posible asociado, que indican la cantidad mínima y máxima de individuos que podría tener la población, ya que por cuestiones metodológicas no es posible obtener un dato exacto.

“Los datos del monitoreo demuestran que los esfuerzos de conservación del yaguareté (como comúnmente se le conoce al jaguar en esa región) están brindando resultados ya que dan cuenta de una población estable, pero sigue siendo imprescindible hacer más para que el felino y sus presas sobrevivan. Es por eso que el trabajo conjunto y el compromiso de organizaciones ambientales, la comunidad y el gobierno tiene que incrementarse. El yaguareté es considerado un indicador de la salud de la biodiversidad, y de los servicios ecosistémicos y la calidad de vida de las personas. Si el felino más grande de nuestro continente está en riesgo, nosotros también” comenta Fernando Miñarro, director de conservación de Fundación Vida Silvestre Argentina. “Además, tenemos el marco del nuevo acuerdo del Convenio de Diversidad Biológica que se alcanzó en diciembre de 2022 para que el incremento de los esfuerzos se haga realidad por el yaguareté y toda la biodiversidad. Es momento que los gobiernos nacionales y subnacionales transformen con fuerza los compromisos asumidos en acciones concretas, tangibles y medibles para encaminar la recuperación a 2030 de esta emblemática especie”.

“En este relevamiento se obtuvieron fotografías de 55 yaguaretés diferentes, y los modelos poblacionales nos indicaron que viven en la región algo más de 90 animales. El tamaño poblacional se ha mantenido estable durante los últimos 6 años, y si consideramos que en el año 2005 teníamos solamente alrededor de 40 animales, podemos considerar que las medidas para conservar la especie han dado buenos resultados. Sin embargo, las presiones que amenazan a la especie siguen latentes y en algunos casos creciendo, por lo que debemos redoblar los esfuerzos para mantener a la especie lejos de la extinción” señala Agustín Paviolo, investigador del CONICET y Coordinador del Proyecto Yaguareté.

“El yaguareté estaba casi extinto en el Corredor Verde Brasil-Argentina a principios de este siglo. Es por eso que es muy alentador ver que la población de este felino se ha estado recuperando durante más de una década, habiéndose duplicado entre 2005 y 2016, y ahora estabilizada. El resultado muestra la importancia de mantener este proyecto de monitoreo de manera constante y bien estructurado, y reducir las amenazas que afectan la supervivencia de la especie”, menciona Felipe Feliciani, Analista de Conservación WWF-Brasil.