Qué esperar de las conversaciones internacionales sobre el clima de este año
La COP27 tiene como objetivo que las naciones pasen de hablar sobre soluciones climáticas a implementarlas
- Fecha: 17 noviembre 2022
- Autor: Marcene Mitchell
El 6 de noviembre, miles de personas de casi todas las naciones de la Tierra arribarán a Sharm El-Sheikh, Egipto, una ciudad costera ubicada en el extremo sur de la península del Sinaí. La 27.ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, conocida también como COP27, tiene lugar en un punto de inflexión, en el que debemos pasar de hablar sobre soluciones climáticas a implementarlas realmente.
Los objetivos que debemos cumplir para garantizar un futuro climático habitable son claros. Debemos reducir las emisiones a la mitad para el año 2030 y alcanzar emisiones "netas cero" para el 2050. Eso nos da aproximadamente siete años para descarbonizar al menos la mitad de nuestra economía global. Y el informe de la brecha de emisiones (Emissions Gap Report) más reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente indica que no estamos cerca de lo que se necesita para alcanzar la meta.
La delegación de Estados Unidos llegará a Egipto tras haber logrado una importante victoria legislativa con la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación. La mayoría de las estimaciones dicen que la ley generará una reducción del 40% en las emisiones en Estados Unidos para el 2030. Si bien eso es menos de la reducción del 50% necesaria para alcanzar la meta de 2030, es suficiente para comenzar y para darle al gobierno estadounidense más credibilidad para que haga un llamado a otros países con altas emisiones a una mayor ambición, incluso cuando los tomadores de decisiones en todos los niveles en Estados Unidos continúan abordando tanto la implementación de la legislación como la forma de cerrar la brecha restante.
Pero las ambiciones y las promesas deben traducirse en acciones, y durante esta COP buscaremos momentos en los que podamos preparar el escenario para comenzar el verdadero trabajo y los desafíos en torno a la descarbonización. La solución al cambio climático no se hace con una sola idea o un solo actor, sino con el despliegue de un conjunto de soluciones diversas.
Uno de los elementos más infrautilizados y menos financiados de este conjunto de soluciones es la naturaleza misma.
La capacidad de la naturaleza para confinar carbono y reforzar la resiliencia la convierte en un componente fundamental de la lucha contra el cambio climático. Pero como se documenta en el más reciente Informe Planeta Vivo 2022 de WWF, la naturaleza misma está en crisis, y esto está creando problemas climáticos aún más profundos. La deforestación y la conversión de la tierra no solo destruyen hábitats críticos, sino que también son una fuente importante de mayores emisiones de carbono y nos acercan cada vez más a momentos peligrosos tanto para el clima como para la salud de los ecosistemas clave. La ONU estima que para cumplir incluso con los requisitos de restauración forestal necesarios para alcanzar nuestros objetivos climáticos, necesitaremos entre $36 mil millones y $49 mil millones de dólares de financiamiento cada año.
En la COP27, esperamos escuchar más sobre la implementación de proyectos que escalan el conjunto completo de soluciones basadas en la naturaleza que pueden brindar tantos beneficios climáticos como sea posible, con urgencia e integridad. Las soluciones basadas en la naturaleza no solo deben combinarse con reducciones reales de emisiones, sino que también deben brindar beneficios para la biodiversidad y las comunidades humanas que dependen de la naturaleza para prosperar. En WWF, nos enfocamos directamente en la naturaleza, las personas y el clima en todo nuestro trabajo.
Esperamos ver un gran progreso en la transformación de nuestros sistemas alimentarios.
No debería sorprender que la COP27 esté destacando problemas relacionados con los sistemas alimentarios a medida que el cambio climático afecta cada vez más la producción agrícola, exacerbando los problemas relacionados con la seguridad alimentaria mundial y contribuyendo a los conflictos humanos y la inestabilidad en muchas partes del mundo. Los métodos insostenibles de producción de alimentos son en sí mismos un importante impulsor del cambio climático, y necesitamos ver un progreso real, incluso por parte del sector privado, para cumplir con los compromisos de eliminar la deforestación y la conversión de sus cadenas de suministro en un calendario claro y basado en la ciencia. También buscaremos noticias de última hora sobre anuncios sobre la adopción de prácticas agrícolas climáticamente inteligentes y otras prácticas alimentarias y agrícolas.
La transformación no ocurre sin recursos financieros.
El año pasado, durante las conversaciones climáticas en Glasgow vimos la creación de la Glasgow Financial Alliance for Net Zero (GFANZ), un grupo de grandes propietarios de activos comprometidos a contribuir con más de $130 billones de dólares en capital privado para alcanzar una economía global neta cero. Un año después, muchas instituciones ahora son más tibias con este compromiso, y algunos bancos amenazan con abandonar GFANZ si se decide exigirles que eliminen gradualmente el financiamiento para nuevos combustibles fósiles, incluyendo nuevo carbón. Esperamos ver que las instituciones financieras durante la COP27 rindan cuentas por sus compromisos y ofrezcan acciones reales, tanto en términos de compromisos financieros como de prácticas de gestión de riesgos climáticos.
También necesitamos que los gobiernos cumplan con los compromisos pendientes de proporcionar capital público para la financiación climática en el mundo en desarrollo. El mundo desarrollado aún no ha alcanzado los $100 mil millones de dólares anuales que prometió en las conversaciones sobre el clima en Copenhague en 2009 para los esfuerzos destinados a ayudar a los países menos desarrollados y más vulnerables a desarrollar su resiliencia frente a los impactos climáticos – que son cada vez peores- y al mismo tiempo hacer crecer sus economías de forma que se evite el aumento de las emisiones globales de carbono. Estados Unidos sigue rezagado en este sentido, y necesitamos que el Congreso proporcione los recursos necesarios para cumplir la promesa del presidente Biden de $11,400 millones de dólares en financiaciamiento climático para 2024.
De manera relacionada, necesitamos ver un progreso real en el tema de pérdidas y daños en la COP27, dado que es una prioridad principal para aquellos países que actualmente soportan costos imposibles en las vidas humanas y los recursos debido a los impactos climáticos. Reconocemos los desafíos políticos que este problema plantea para países como Estados Unidos, pero estos palidecen en comparación con los desafíos existenciales que enfrentan los países que están siendo los primeros y más afectados por los desastres provocados por el clima al mismo tiempo que tienen poca o ninguna responsabilidad histórica por las causas de estos eventos catastróficos. Acontecimientos recientes señalan que la Administración Biden tiene la intención de participar de manera constructiva en este tema en la COP27, y esperamos que predigan un avance en lo que recientemente ha demostrado ser un gran obstáculo en las negociaciones.
La amenaza que representan los impactos climáticos desde la perspectiva de la gestión de riesgos ahora es demasiado grande para ignorarla, y esos impactos solo empeoran si no estamos preparados para comprometer el financiamiento necesario, tanto para la mitigación como para la adaptación. Los gobiernos ahora están entendiendo esto al alentar una mayor divulgación y transparencia relacionadas con el clima, pero necesitamos más políticas públicas.
Esperamos ver anuncios que promuevan algunas de las necesidades internacionales más urgentes.
Esperamos que los involucrados progresen en áreas como:
- Establecer un entendimiento transparente y común de cómo acelerar las acciones en todos los niveles y evaluar el progreso hacia un Objetivo Global de Adaptación (GGA, por sus siglas en inglés),
- Crear objetivos ambiciosos y con plazos determinados para cumplir sus compromisos existentes de reforestación y conservación, junto con un marco transparente común para el seguimiento y la verificación de sus objetivos.
- Compromisos financieros sustantivos que excedan el objetivo de $100 mil millones de dólares de los países desarrollados este año y superen los $600 mil millones para 2025, y
- Crear estrategias para todos los sectores relevantes, incluidos los sistemas alimentarios, la energía, el transporte, la industria, los desechos, las áreas urbanas, los océanos y las áreas costeras que movilicen completamente las soluciones basadas en la naturaleza e involucren plenamente a los pueblos indígenas y las comunidades locales.
Cada encuentro de conversaciones anuales sobre el clima es un gran evento y cada año la urgencia solo aumenta. Hay tantas actividades que se acumulan en dos semanas en un salón de convenciones. Puede parecer abrumador. Pero también lo harán los impactos del cambio climático si no hacemos nada para abordarlo. Las tormentas que azotan nuestras costas y destruyen nuestras comunidades no se detendrán. Los incendios forestales que han consumido miles y miles de acres no van a detenerse. Los desafíos que todas estas interrupciones crearán para nuestros negocios, nuestras familias y nuestras comunidades solo están aumentando. El cambio climático no dará tregua, por lo tanto nosotros tampoco podemos.
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