Para esta guardaparques, todo en el Pantanal está interconectado
- Fecha: 06 noviembre 2019
ESTACIÓN DE LOS TRES GIGANTES, Paraguay.- La unión de las aguas del río Paraguay y el río Negro, unas de color azul profundo y las otras del color de una concentrada taza de té, fue lo que cautivó a Carolina Álvarez cuando llegó por primera vez al Pantanal.
La joven de 28 años siempre había querido ser guardaparque; de hecho, estudió ingeniería forestal durante cinco años en Asunción, Paraguay. Ella se sintió como en casa tan pronto llegó a la Estación de los Tres Gigantes, un área de conservación administrada por la Asociación Guyra Paraguay, ubicada en una curva del río Negro, en el Pantanal, el humedal tropical más grande del mundo.
"El Pantanal es uno de los pocos lugares donde la vida puede apreciarse en su estado natural", comenta. "Está todo conectado. Las frutas de las palmas caen de los árboles y llegan hasta el agua para que después se las coman las pirañas. De alguna manera nosotros también nos comemos esos frutos”.
De hecho, todo está interconectado. El Pantanal se extiende a lo largo de tres países y se alimenta de ríos que nacen a cientos y miles de millas de distancia en otros ecosistemas, por lo que se necesita la colaboración de funcionarios de gobierno, líderes comunitarios, ejecutivos de empresas, defensores del medio ambiente y guardaparques como Carolina. En 2018, Brasil, Bolivia y Paraguay dieron un gran paso en esa dirección firmando un acuerdo histórico trilateral conocido como la Iniciativa Pantanal con el fin de reducir la contaminación, fortalecer la gobernanza del agua y ampliar el conocimiento científico, al mismo tiempo que se garantizan los derechos de los pueblos indígenas.
Después de completar un curso especial para guardaparques donde aprendió sobre áreas protegidas, biodiversidad, interpretación de mapas, leyes ambientales y relaciones con comunidades indígenas, a Álvarez se le ofreció el rol principal en Tres Gigantes: supervisar a los otros guardaparques y el trabajo que se comparte entre todos. Estaba entusiasmada por asumir el reto siendo una de las dos mujeres que trabajaría en esta área de conservación.
"Fue una oferta fácil de aceptar", menciona. "Proteger y ayudar a prosperar un lugar como éste era algo que siempre había querido".
En una semana normal, Álvarez monitorea la flora y fauna del lugar, esta última con el apoyo de cámaras trampa, registrando ejemplares de jaguares, anacondas y caimanes, entre muchos más; limpia los senderos; y da la bienvenida a los visitantes del área de conservación, muchos de los cuales se hospedan en el edificio alimentado con energía solar ubicado frente al agua. Los visitantes pueden tomarse su tiempo para explorar la orilla del río y los senderos de Tres Gigantes con la mirada puesta en el cielo en busca de las innumerables especies de aves del Pantanal, como tucanes y periquitos, y volteando hacia abajo para buscar especies que no se ven fuera del río, como ciervos de pantano y nutrias gigantes.
Cada viernes por la mañana, Álvarez visita la escuela pública primaria en Bahía Negra para trabajar junto a Eco Pantanal -una organización ambiental no gubernamental, socio local de conservación de Guyra Paraguay y WWF- y enseñarle a los niños la importancia de cuidar el lugar donde viven. También planea un campamento de fin de semana para llevar a los niños de secundaria a Tres Gigantes, donde pueden aprender más sobre la conservación y el desarrollo sostenible.
La educación y la planificación ambiental son piezas importantes del trabajo de conservación en el distrito de Bahía Negra, el cual se lleva a cabo por medio de alianzas con Guyra Paraguay, WWF, organizaciones locales y los guardaparques, como Álvarez.
"La educación es fundamental para que este tipo de lugares continúen existiendo”, dice Álvarez. “El papel que tienen las comunidades locales en la conservación es fundamental para que se sientan parte de este lugar".
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