Mi carrera en Kroger comenzó en 2013. En ese entones muy pocas empresas habían formalizado sus estrategias de “sostenibilidad”. Kroger cumplía tan solo un año de tener a un empleado de tiempo completo a cargo de esa función, el equipo estaba conformado por una sola persona. Llegué al departamento de asuntos institucionales como especialista para ayudar a administrar varios proyectos con distintas funciones, incluyendo la sostenibilidad y la filantropía corporativa. Mi experiencia era en política y campañas, por lo que la responsabilidad corporativa social era completamente nueva para mí.

Viendo hacia atrás, estoy muy agradecida de haber llegado a Kroger en ese momento. Ser parte del desarrollo de una estrategia de sostenibilidad a gran escala y de la remodelación de nuestro trabajo de impacto social fue una verdadera transformación para mí. Hay dos momentos en mi vida que recuerdo, donde reconozco que encontré una gran pasión por el trabajo: el primero fue en la universidad, en mi primera campaña política; el segundo fue en el desarrollo y lanzamiento de Zero Hunger | Zero Waste.

Zero Hunger | Zero Waste comenzó como parte de un reto de nuestro CEO y con una pizarra. Nuestro equipo estaba tratando de reimaginar el impacto que Kroger tenía en la comunidad así que no pude evitar pensar que teníamos una idea equivocada del problema del hambre. En lugar de simplemente donar nuestro dinero, necesitábamos ayudar a que todas las partes interesadas se reunieran para replantear desde cero el sistema alimentario de beneficencia. El sistema estaba soportando las consecuencias derivadas de la falta de acceso a los alimentos, pero no estaba funcionando para acabar con el hambre. Además, nuestro papel como el proveedor de abarrotes de tradición más grande de Estados Unidos nos dio la oportunidad de generar conocimiento de primera mano del sistema alimentario y del desperdicio que ocurre todos los días en Estados Unidos. Estaba claro desde el principio que estos dos problemas sociales masivos estaban intrínsecamente conectados. Ninguno podía resolverse sin abordar al otro.

En el otoño de 2016, nació Zero Hunger | Zero Waste. Durante el siguiente año, nuestro equipo consultó a expertos internos y externos y diseñó nuestro primer plan de impacto social y ambiental, que se lanzó públicamente en 2017.

Me gustaría decir que mi papel en la sustentabilidad simplemente evolucionó a partir de mi trabajo en Kroger, pero creo que nací para este trabajo. Mi trabajo diario consiste en identificar los obstáculos para lograr nuestros objetivos y organizar un equipo de creadores de soluciones para que se reúnan y los aborden. Mi experiencia en política y comunicaciones me ha dado muchas de las habilidades que necesito para este trabajo. También soy una apasionada del aprendizaje. Desde que asumí el liderazgo de Zero Hunger | Zero Waste en Kroger, tuve que convertirme en una experta en operaciones de tiendas de abarrotes. Esto no es tarea fácil. Las tiendas de abarrotes son complejas y el abastecimiento de alimentos es aún más complicado. Estoy agradecida por todos los que me rodean dentro y fuera de la empresa y en quienes puedo apoyarme para que me ayuden a guiarme cuando es necesario, lo cual es muy a menudo. La oportunidad de enfrentar el desperdicio de alimentos y el hambre en todo Estados Unidos es algo que no doy por sentado; es algo por lo que estoy orgullosa de despertar y luchar cada día.

Estoy increíblemente emocionada por el futuro de la sustentabilidad del comercio de abarrotes al menudeo. Ahora más que nunca, el desperdicio de alimentos es un tema tomado en cuenta por la mayor parte de la industria. Estoy orgullosa del papel que ha jugado Kroger en promover la importancia de esta misión. Mi esperanza es que algún día todos tengan acceso a alimentos frescos para que nunca se desperdicie ningún alimento producido.

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Las opiniones expresadas en esta publicación no reflejan necesariamente las de WWF.