Histórico Tratado de Alta Mar

Durante las ultimas horas del sábado 4 de marzo, las naciones que se encontraban reunidas en Nueva York llegaron a un acuerdo histórico y jurídicamente vinculante, el “Tratado de Alta Mar”, marcando el comienzo de nuevas reglas para dos tercios de los océanos.

Después de casi dos décadas de preparación y con el arduo trabajo de los delegados cuyo objetivo era llegar al acuerdo final, el texto describe mecanismos para conservar y utilizar de manera sostenible la biodiversidad marina en alta mar, áreas fuera de las jurisdicciones internacionales. WWF da la bienvenida a este acuerdo que permitirá el establecimiento de áreas marinas protegidas de alta mar y ayudará a llenar los vacíos en el mosaico actual de los organismos de gestión, lo que resultará en una mejor cooperación y un menor impacto acumulativo de las actividades en alta mar, como el transporte marítimo, la pesca industrial y la explotación de otros recursos.

"Lo que sucede en alta mar ya no estará fuera de vista sin que nadie lo sepa. El Tratado de Alta Mar permitirá el tipo de supervisión e integración que necesitamos si queremos que los océanos sigan proporcionando los beneficios sociales, económicos y ambientales de los que disfruta actualmente la humanidad", señala Jessica Battle, Experta Senior en Políticas y Gobernanza Oceánica Global, quien dirigió al equipo de WWF durante las negociaciones.

WWF acoge con gran satisfacción que las actividades en alta mar estén sujetas a evaluaciones de impacto ambiental proporcionales a la escala de su impacto. Todas las actividades que puedan tener un impacto en la vida oceánica deberán incluirse en estas evaluaciones, brindando la oportunidad de detener las actividades dañinas y reducir los impactos acumulativos. Esto será particularmente importante cuando se trate de cualquier posible actividad futura, como la minería de los fondos marinos profundos y la captura y almacenamiento de carbono en aguas profundas, de las cuales existe muy poco conocimiento sobre los impactos actualmente.

Así mismo, WWF considera fundamental que como resultado del acuerdo se establezca un Organismo Científico y Técnico para garantizar que las propuestas y los planes de gestión para las áreas marinas protegidas se evalúen de manera sólida y que los informes de evaluación de impacto ambiental se reciban y se pongan a disposición de la comunidad mundial. Junto con esto, el Comité de Implementación y Cumplimiento pondrá en práctica una cooperación robusta y un mecanismo de resolución de disputas brindando la oportunidad para que los Estados tomen medidas contra las infracciones.

"Los defensores de los océanos en todo el mundo estamos celebrando este logro que ha tomado años", menciona Battle. "Pero sabemos que no es la meta final. Para que las buenas intenciones del Tratado den resultados en el mar, tenemos que continuar presionando. Una vez que se resuelvan los tecnicismos y se adopte el Tratado, este debe entrar en vigor para que pueda ponerse en práctica: todos los países deben firmarlo y ratificarlo formal y rápidamente en su propia legislación nacional. Las palabras importan, pero nuestros océanos necesita acciones".