En Belice, una próspera reserva marina muestra los beneficios de proteger los arrecifes de coral
- Fecha: 18 abril 2023
- Autor: Alison Henry
En las aguas de la Reserva Marina Hol Chan, en Belice, al compás de las olas se mece una relajada y pintoresca estación de guardabosques flotante. El pontón, que incluye un porche, murales de la vida marina y una estación meteorológica, le da la bienvenida a los visitantes a una sección bien conservada de la Barrera del Arrecife de Belice, de una de las joyas más brillantes del Caribe.
Los buceadores viajan desde todas partes del mundo para sumergirse bajo estas cristalinas aguas y es obvio saber por qué. Aquí, los cardúmenes de peces abundan y mueven sus aletas mientras los tiburones nodriza deambulan por la arena. Las robustas estructuras de coral se elevan desde el fondo del mar, como primera línea de defensa contra las tormentas, y las especies en forma de abanico se balancean con la suave corriente. Los lechos de pasto marino se extienden a lo largo del fondo del mar.
Para Manuel Muñoz, guardaparques de la Reserva Marina Hol Chan, es fácil describir esta área protegida.
“Usaría una sola palabra”, dice. "Única".
Hol Chan, que en maya significa "pequeño canal", es un excelente ejemplo de cómo una reserva marina bien operada puede beneficiar tanto al medio ambiente como a la economía, y representa un contundente caso para que el modelo se replique en otros lugares. Hol Chan fue establecida en 1987 principalmente como respuesta ante la preocupación de la comunidad por la pesca y el buceo sin control. Es el área protegida más antigua de Belice y cubre aproximadamente tres millas cuadradas (7.77 km2) de arrecifes, lechos de pasto marino y manglares. Los tres elementos son fundamentales para proteger la vida silvestre, las comunidades costeras y el clima. Los arrecifes de coral y los manglares protegen las costas durante las tormentas y sirven como hábitat crítico para la vida silvestre; además, los manglares también ayudan a prevenir la erosión. Si bien el pasto marino proporciona un lugar para que especies como los manatíes y las tortugas marinas se alimenten y vivan, también puede capturar carbono hasta 35 veces más rápido que las selvas tropicales, una cualidad esencial para frenar la crisis climática.
Los guardaparques como Muñoz le dan la bienvenida a unas 500 personas al día al próspero arrecife. Trabajan tanto para garantizar la seguridad de los visitantes de la reserva como para hacer cumplir la seguridad de la barrera de coral y la vasta vida marina que comprende.
“Es necesario poder tener ojos constantes en el agua, en el arrecife, para poder implementar acciones que garanticen que el arrecife esté protegido”, señala Nadia Bood, oficial principal del programa de ciencias marinas y cambio climático en WWF-Belice.
La protección exitosa de un recurso natural tan preciado solo se puede lograr con la ayuda de todas las partes interesadas, incluyendo el gobierno, la comunidad y las empresas. Los miembros del personal de la Reserva Marina Hol Chan realizan actividades de divulgación comunitaria para conectar a las personas con el arrecife, trabajando con todos, desde estudiantes de primaria hasta propietarios y empleados de empresas locales. Las organizaciones de conservación como WWF, MarAlliance y otras, que ayudan a realizar investigaciones y brindan información crítica que respalda la eficaz gestión de nuestros océanos, también desempeñan un papel importante en la protección de la vida silvestre y sus hábitats.
La visibilidad del arrecife desde la costa y su proximidad a Ambergris Caye, una isla larga y delgada ubicada frente a la costa este de Belice, contribuyen al constante deseo de protegerlo. Además, generaciones de familias han alimentado a sus seres queridos pescando en el arrecife.
“Vemos turistas emocionados por ir a visitar el arrecife, hacer esnórquel y bucear en el arrecife. Vemos a los pescadores llegar con capturas diarias del arrecife”, menciona Bood. “El arrecife está cerca del corazón de la comunidad”.
De vuelta en la estación del guardaparques, Muñoz observa cómo los botes llenos de ansiosos turistas se adentran en el arrecife para pasar una mañana de esnórquel y buceo. Se escuchan sonidos de emoción en los alrededores. Está orgulloso de su trabajo y de lo que significa para los visitantes, los lugareños y Belice.
“Les demuestra que estoy haciendo algo positivo”, agrega. “No solo para mí, no solo para la comunidad, sino también para el futuro”.
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